El fútbol es una fiesta by @thefootballjerseyscollector

¡Hola familia futbolera!

Mi nombre es Juan, @thefootballjerseyscollector, y soy de Torremolinos aunque me considero ciudadano del mundo.

Gracias a mi personalidad de culo inquieto he podido vivir en varios países y viajar mucho. Me encanta descubrir nuevos lugares, nuevas culturas y sobre todo nuevas sensaciones o formas de ver la vida, y hablando de nuestra pasión, de cómo se vive el fútbol.

Mi pasión por el fútbol comienza muy temprano, jugando en el equipo de mi ciudad desde los 8 años. Aunque con el veneno en el cuerpo desde antes, gracias a que mi hermano mayor era un fanático, e incluso fundador del extinto Frente Chanquete.

Mi primer partido en un estadio no es que fuera un partido atractivo, fue un partido de Segunda División de la temporada 1998/99, un Málaga-Badajoz que acabó con derrota local. Para mi fue como ver un Madrid-Barca y fue lo que marcaría lo que soy a día de hoy, un fanático de los estadios y coleccionista de camisetas de fútbol.

Tuve suerte de desquitarme con la Rosaleda y poder ver al Málaga en Primera División, en Copa del Rey, un partido de presentación contra la Lazio y poder asistir al partido más importante de la historia del club, la ida de los Cuartos de Champions League contra el Borussia Dortmund. Que os voy a decir si… Somos la curva, somos descontrolados, somos Malakas, los que nunca fallamos!

Me mudé a Madrid por estudios y el virus creció más y más, sería la temporada 2008/2009 cuando visité el templo madridista. Otra vez el debut no fue muy atractivo, un Real
Madrid-Recreativo de Huelva que terminó con victoria blanca por 1-0, aunque de nuevo para mi era como la final de la Champions League.

Gracias a que mi familia de Madrid eran abonados al Real Madrid, pude disfrutar de tres temporadas seguidas casi todos los partidos en el Bernabéu, varios derbis y un Clásico incluido. También estuve en el famoso 2-6, cuando marcó Higuain quizás haya sido el gol más celebrado en mi historia. Inocente yo cuando nos vino todo el vendaval encima, suerte que también se disfrutar del fútbol y puedo decir que he visto a Messi jugar (y humillar) en persona.

En 2010 con motivo de la final de la Champions League en el Bernabéu, me decidí a formar parte de ella siendo miembro del equipo de voluntarios. Fue una experiencia muy enriquecedora, conocí mucha gente de todas partes del mundo, jugadores, antiguas leyendas, presidentes, etc. Aparte como detalle de la UEFA aparecimos todos los voluntarios foto y nombre completo en el video marcador del Bernabéu. No pude ver la final en el estadio pero la viví de una manera especial y diferente junto a todos los voluntarios y los bailarines de la ceremonia de la final.

En mis años en Madrid tuve la suerte de conocer mucha gente aficionada al fútbol, cosa que me ayudaría a asistir al ya demolido Vicente Calderón para ver a mi Málaga entre otros, incluso disfrutar una victoria. Me enamoré de su ambiente, de su afición, de sus cánticos, difícil de decir para un madridista de corazón. Pero donde encontré el amor al fútbol en su máxima expresión fue cuando me invitaron a ver un partido de Copa del Rey en Vallecas.

Fue un Rayo Vallecano-Athletic de Bilbao y poder vivir el ambiente en Vallecas y escuchar a los aficionados y la música en el descanso por la megafonía no tiene precio. Es cuando te das cuenta que el fútbol no es solo un deporte, es como una religión y cada uno la interpreta a su manera. Llamadme veleta pero… La vida pirata, la vida mejor, sin trabajar, sin estudiar, con la botella de ron.

En el año 2011/2012 me fui de Erasmus a Łódź (Polonia) y no se podía perder la ocasión para poder vivir y disfrutar de la Ekstraklasa, allí puede ver a los 2 equipos mas grandes de Polonia (Legia Varsovia y Lech Poznan). Ahí es donde me di cuenta que el fútbol es un idioma internacional que cada uno habla a su manera. Me encontré con un estadio lleno hasta reventar, una grada que no paraba de saltar, animar, cantar, bufanda en alto. Y una cosa que no es habitual en España, tifos durante casi todo el partido acompañado de bengalas, hasta el punto de que se tiene que parar el partido varios minutos hasta que se vaya el humo. Mucha escenografía para maquillar la calidad del fútbol en el terreno de juego. Un ambiente más pasional, pero más familiar al mismo tiempo, muchas mujeres, muchos niños y lo más sorprendente, sin grada visitante.

Aquí descubrí que hay que apoyar a los tuyos y no se hable más, el pueblo polaco siempre está ahí para animar a los suyos. Ya sea baloncesto, fútbol, voleibol, sean los candidatos al título o sean los peores del evento, el campo lo encontrarás lleno y todo el tiempo escucharás el himno y los cánticos para dar ese punto extra a su equipo.

Aunque el 2012 me guardaría lo que será hasta el día de hoy la mejor experiencia de mi vida, llegó la Euro 2012 y venía España como máxima favorita siendo la última campeona y la actual campeona del mundo. Tocaba asistir a todo lo que se pudiera. Tuve la suerte de poder vivir toda la fase de grupo en Gdansk, el ambiente contra Italia en la primera jornada a día de hoy es difícil de superar. Toda la previa en el centro de la ciudad, hermandad absoluta entre españoles e italianos, cánticos, cerveza, bengalas, mucha cerveza, abrazos, saltos, mucha mucha cerveza y alegría en general.

No podía imaginar que luego en el estadio iba a ser igual o incluso mejor, estrenando un estadio recién construido para la ocasión. Un estadio lleno hasta la bandera y un 1-1 que no era bueno pero tampoco malo. Esta es tu grada, tu grada que te anima, te anima con el alma, el alma en la garganta!

Llegaría el segundo partido donde el ambiente sería totalmente diferente, tocaba Irlanda y literalmente Irlanda vino completa a conquistar Europa, the boys in green no podían faltar a la fiesta. La ciudad se volvió verde de la noche a la mañana, aunque nació otra hermandad, todo era optimismo, felicidad, alegría, al fin y al cabo, todos estábamos celebrando la fiesta del fútbol.

El partido tal cual se cerró rápido, 4-0. El resultado no importaba porque la grada básicamente era irlandesa, los 90 minutos cantando y con una sensación mágica, no sé describirlo de otra manera. Os diría que a día de hoy cuando escucho el You’ll never walk alone me recuerda a ese instante cuando estuve en el estadio.

Tocaba el turno a Croacia y una final anticipada, todavía recuerdo la tensión en todo el ambiente. Al fin y al cabo seguía siendo una fiesta pero ya había miedo en el aire. El
ambiente que te encuentras después de una avalancha cómo fue Irlanda pues no lo puedes comparar, aunque el buen rollismo siempre reinaba por las calles, muchas fotos, muchos abrazos, mucho buen rollo.

El estadio se quedaba callado a veces por el miedo del 0-0 durante casi todo el partido, un gol para cada equipo era mandar al otro para su casa, así que sinceramente no disfruté para nada ese partido pero Jesusito de mi vida pudo marcar en el 88 y matar a todos los fantasmas.

Los siguientes partidos España los jugaría en Donetsk, super lejos y decidí no ir. Pero conforme iba pasando de rondas, empezamos a planear ir a Kiev. España cumplió, nosotros también, allí nos fuimos. El ambiente de allí fue más frío que el de Polonia, había menos aficionados y la verdad que cualquier ambiente de los primeros 2 partidos era muy superior al de la final. Pero una final, es una final. Recorrimos el área de la FanZone para poder disfrutar de la fiesta y poder beber unas cervezas antes de la final.

Llegó la hora del partido y tocaba entrar al Olímpico de Kiev (no soy muy fan de los estadios olímpicos), nos veíamos las caras contra los mismo que el primer partido en un ambiente muy diferente. Aunque la afición no era ni una cuarta parte del primer partido, la grada no defraudo y pudimos llevar a España en volandas con los cánticos hacia su segunda Eurocopa consecutiva y conseguir el ansiado triplete. Me quedo con el cántico: Un italiano, he visto un italiano! Resumen de lo que fue la final.

Celebrar en un estadio como levantan un trofeo es una cosa única porque si ya en casa crees que el trofeo también es tuyo, allí es como si tú mismo lo levantaras. Un éxtasis de alegría, emoción y unión con el equipo, difícil de conseguir en otros aspectos.

Al tener un hermano viviendo en Valencia no se puede desaprovechar la oportunidad de visitar Mestalla y el Ciutat de Valencia. De Mestalla me quedo con la estructura de las gradas, se ve muy bien el partido te pongas donde te pongas. Del ambiente no puedo decir nada especial (siempre he ido a la de visitante con el Málaga), no estás pendiente de muchos detalles. Del Ciutat quizás no me esperaba gran cosa y luego me sorprendió bastante, buena afición y estadio más normalito en cuestión de tamaño, lo noté como un estadio más familiar, que la afición es como más compacta y como si fueran una gran familia.

En 2013 estuve haciendo un voluntariado en Turquía y no pude dejar escapar la ocasión de vivir el infierno turco en mis carnes. Así que fui al Turk Telekom Arena a ver un
Galatasaray-Kayserispor, era el Galatasaray de Drogba y Sneijder dirigido por Mancini. Como ya podéis ver, no suelo tener mucha suerte con los primeros partidos, así que el partido terminó con derrota local y Drogba no jugó porque estaba lesionado. Un estadio muy grande y bastante moderno, lo gracioso fue que cuando entré al estadio me cachearon y me quitaron las pipas y me dejaron la botella de agua, el mundo al revés.

Descubrí que en Turquía el fútbol no es una religión, el fútbol es una forma de vida. La pasión con la que viven allí el fútbol es incalculable, el estadio es una jaula y canta todo el estadio. Entiendo totalmente a Warner cuando le dolieron los oídos cuando jugó contra el Besiktas. El estadio es una caldera y no dejan de animar, yo fui a un partido contra el colista con derrota incluida y la afición animaba más que el Madrid en un Clásico, con eso lo digo todo. Me hubiera gustado haber disfrutado de más partidos, así que es una tarea pendiente para el futuro, totalmente recomendable.

En 2018 tuve mi época portuguesa residiendo en Lisboa así que no pude dejar escapar la oportunidad de visitar los estadios de los dos más grandes (Benfica y Sporting Lisboa).
Como en toda ciudad o país con varios equipos fuertes, tienes que elegir uno, en mi caso opté por los leones. Pude disfrutar de algunos partidos de Liga y una semifinal de Copa contra Oporto. Me sorprendió demasiado el ambiente que me encontré, a diferencia de Polonia con las bengalas, en Portugal me encontré que había muchas banderas o pancartas. Un estadio muy bonito, muchos canticos, muy buen fútbol y precios asequibles, así que totalmente recomendable.

Al Benfica no lo pude ver pero sí que pude asistir a su estadio para ver una final anticipada, la última jornada del clasificatorio para el mundial de Rusia, Portugal se la jugaba contra Suiza. Campo lleno hasta la bandera y con un ambiente más familiar y patriótico, pero al fin y al cabo un ambiente de final. Cantar el himno a capela o escuchar todo el estadio cantando, la piel de gallina. El estadio me parece una maravilla, super bonito por fuera y por dentro y bastante grande.

Me mudé a Setúbal por motivos laborales y no perdí la ocasión de hacerme socio del Vitória de Setúbal y asistir a varios partidos. Setúbal es una ciudad de pescadores, así que podemos decir que es una ciudad humilde, el estadio está en sintonía con la ciudad. Un campo olímpico muy antiguo, sin pintura, las gradas muy deterioradas y el césped a Xavi le da algo si lo ve. Así que el nivel de fútbol bastante limitado y la grada parecía un partido de Regional, este campo no lo recomendaría.

Como anécdota especial, en 2020 pude balancearme en una hamaca gigante desde el techo del Stadion Wrocław (2 veces campeón de la Ekstraklasa). Una experiencia única y totalmente recomendable.

En 2021, con la sede de la final de la Europa League aquí en Polonia y siendo el Villarreal uno de los finalistas, no pude resistir y comprar una entrada para asistir a la final. El tema Covid hizo que no tuviera el ambiente que se merece aunque ver Gdansk tintada de Amarillo fue una alegría. El tiempo no acompañaba y las restricciones tampoco así que la previa fue un poco light. Una vez en el estadio, el mismo que cuando España jugó la Euro en 2012, el ambiente era de fiesta absoluta. Puedo decir que todo Villarreal estaba en el campo, el nivel del partido no es que fuera una locura pero el nivel de la grada fue de 10. Actuación ejemplar para la ocasión. Poder vivir con ellos un momento tan histórico fue una cosa muy bonita, disfrutar junto a los jugadores del título conseguido y ver la cara de felicidad de todos los que se desplazaron no tiene precio. No soy del Villarreal pero simpatizo, se que no fue como que tu club gane un título pero lo disfruté casi al mismo nivel.

El futuro deparará cual será mi siguiente experiencia, probablemente una final de Champions League, a ver si hay suerte.

Gracias por leerme.

Abrazo de gol,

Juan (@thefootballjerseyscollector)

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